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miércoles, 3 de marzo de 2010

LA INFLUENCIA DEL CARACTER.

En estos tiempos modernos se caracteriza por la proliferación de estados neuróticos en el ser humano, de acuerdo a los más recientes estudios psicológicos. En estos días las personas andamos desesperadas, pero eso era lo que tendría que acontecer para estos tiempos.

 Tal como lo profetizó el Señor en Lucas 21:26 "Desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra"

Todas estas cosas son consecuencia de una generación que ha querido desarrollar una vida sin el temor de Dios, centrándose solamente en las cosas materiales, dejando sus espíritus completamente vacíos; y por causa de esto el ser humano ha llegado al borde de la desesperación. Son alarmantes los reportes de personas que aunque lo poseen todo, siendo lo que en el sentido estricto de la palabra podríamos llamar "personas de éxito", deciden quitarse la vida porque nada los llena y ésta ya no tiene sentido para ellos.

Asi que podemos entender que cuando una persona se debilita en su carácter, sus éxitos carecen de sentido, podemos ver la influencia trascendental que ejerce el carácter de una persona en el liderazgo que esté desarrollando. Pero toda aquella persona que esté llena de Dios en su vida, lo reflejará en su carácter; ya que éste da testimonio de que se cuenta con el fruto del Espíritu Santo.

Los líderes que Dios quiere levantar en estos días, se deben caracterizar por la firmeza de carácter, y éste se fortalece muchas veces por medio de las pruebas, quitándonos la confianza en sí mismos, para que la depositemos plenamente en Dios. Los problemas de carácter muchas veces acaban con cualquier liderazgo en potencia y, por lo tanto, tienen a sacarnos del proceso divino.

El verdadero liderazgo requiere de un trabajo intenso, profundo, al interior de cada persona; es una labor que requiere esfuerzo y paciencia para ver el fruto, si no nos desalentamos, entonces lograremos resultados extraordinarios.

Podemos hablar de carácter fuerte o de carácter débil, todo depende del nivel de dominio propio que tengamos, siendo el dominio propio, la capacidad de no permitir que los deseos primen en nuestra vida; se trata de una actitud que define la personalidad de las personas, especialmente del que se deja guiar por el Espíritu Santo. El dominio propio como definición del carácter de la persona, es la habilidad y capacidad de controlar las emociones y guiarlas en un sentido positivo el el proceso de relaciones que sostenemos a diario con los demás, sobre todo, si tenemos a otros a nuestro cargo.

El apóstol Pedro dijo que nosotros somos como piedras vivas; es decir, que nuestro carácter está siendo formado en el río de este mundo, donde chocamos con algunas de las personas más cercanas a nosotros, ya sean de nuestra propia familia o de la comunidad o iglesia. Dios usa cada situación para formar nuestro carácter. Asi que cada adversidad que tenemos que afrontar en la vidad es parte del proceso en la fábrica divina, donde Dios está formando a sus hijos con carácter.

El liderazgo que Dios espera sea desarrollado  en estos tiempos de tantos retos y desafíos, sólo puede ser desempeñado por hombres y mujeres que están dispuestos a moldear su carácter teniendo como meta la perfección, tal como el Señor Jesús lo dijo en (Mt. 5:48) "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuesto Padre que está en los cielos es perfecto".

El Señor quiere que su carácter se desarrolle a través de nuestras vidas. No es fácil llegar a una madurez plena, pero confiando en la palabra de Dios que dice " Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús".Filipenses 1:6

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