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viernes, 24 de abril de 2015

SEÑOR, TU ERES NUESTRO PADRE.

 
No sólo somos barro en las manos de Dios sino que somos moldeados para su servicio: somos llamados a ser vasos de honra y gloria para El; sin embargo somos portadores de la gloria de Dios por el Espíritu Santo que mora en nosotros y nos guía a toda verdad. Y eso, es el mayor tesoro que un ser humano puede aspirar. Por mas situaciones difíciles que podamos pasar, la Biblia declara que somos victoriosos: Dios nos tiene en sus manos, nos esta moldeando para su gloria y honra, y... podemos confiar en que Dios cumplirá sus propósitos en nosotros. La obediencia es un pilar fundamental de la relación personal con Dios para llegar a ser vaso de honra
La Biblia dice que Dios es el Alfarero y nosotros somos el barro. Cuando estamos abiertos a la voluntad de Dios en nuestras vidas, Él nos moldea, transforma, y santifica si andamos con Él.
la imagen del vaso de barro,,, que identifica nuestra realidad de fragilidad..y la bondad de estar en manos de aquel que nos moldea. eso grande que debemos llevar es el amor de Dios manifestado a plenitud en cada uno.

La palabra de Dios lo dice:
"A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú el alfarero. Todos somos obra de tu mano.” – Isaías 64:8

lunes, 13 de abril de 2015

LA BONDAD DE DIOS






El Dios todopoderoso es el mismo Dios que es bueno y sabio; el poder de Dios se convierte en una fuente de gran consuelo y ánimo para el cristiano. La bondad de Dios es la esencia de la confianza de los hijos de Dios. Su bondad permanece para siempre y esto debería animarnos día a día. Todos pasamos por luchas y tribulaciones las cuales desean llevarnos al desaliento pero la fe que Dios nos ha dado nos hace levantarnos y seguir adelante. No dejemos que los momentos difíciles nos hagan desmayar, no nos refugiemos en el dolor o en el sufrimiento, o en la desesperanza, eso no es lo que el Señor desea para nosotros, él tiene grandes victorias para nosotros, pero necesitamos dejar de mirar lo fuerte de la tempestad y comenzar a mirar la bondad de Dios, por eso no debemos permitirnos ni un momento de incredulidad acerca de la bondad de Dios; esto es absolutamente cierto, pues nuestro Dios es bueno y su naturaleza es siempre la misma. Hoy miraré la bondad de Dios por encima de toda circunstancia adversa.