El caminar en el evangelio no es nada fácil, ya que cuando se llega por primera vez a la iglesia uno se da cuenta que hay un largo camino que emprender, especialmente cuando uno ya es de edad avanzada como en mi caso, –llegué a los 54 años– pero me di cuenta que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo es infinita y él ya tiene estipulado un plan para cada uno de nosotros, en otras palabras él ya sabe cuando nos acercaremos a él, sólo es cuestión de saber cuándo es ese momento y Dios quiera que hoy sea el suyo, para que como yo tenga la oportunidad de reencontrarse con usted mismo, y poder darle a su familia la paz y tranquilidad que sólo el Señor Jesús puede ofrecernos. En 2 de Pedro 3:9 se lee claramente:
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Fueron muchas las ocasiones en que fui abordado por evangelistas desde que era joven, pero haciendo mal uso del libre albedrío que Dios nos da, nunca quise obedecer a la palabra, el Señor Jesús nos da donde escoger, nos pone dos puertas en nuestra vida, la ancha donde caben todos los del mundo y la angosta, donde solo los escogidos y los que hemos tenido la preciosa oportunidad de ser adoptados como hijos de Dios podemos entrar, pero es necesario que aceptemos Jesucristo como nuestro único salvador, es necesario volver a nacer por medio del bautismo, para dejar todas esas inmundicias que traemos en nuestra espalda y que son las que no nos dejan ver hacia arriba, hacia la montaña, hacia Jesucristo. Leamos lo que dice Juan 3:4-5
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Solamente en Cristo podemos confiar, más no en el hombre, porque la mentalidad del hombre es efímera y cambiante, nunca es estable, la mentalidad humana se basa en lo material y no en lo espiritual, nosotros cuando nos entregamos a Cristo el nos cambia esa mentalidad, y es por eso que empezamos a ver la vida de diferente manera, empezamos a ver a nuestros hijos y nos empezamos a interesar en su bienestar dentro y fuera del hogar, la relación con nuestra esposa da un vuelco de 180 grados y sin saber empezamos a descubrir que lo que Dios nos dio para que la cuidásemos vale más que la joya más preciosa del mundo. Lo mismo ocurre en el trabajo, todas las mentiritas que dábamos para ausentarnos o llegar tarde se acaban, el espíritu empieza a trabajar el alma y ésta se regocija de que ya no tiene que estar peleando con la carne, y el hombre empieza a ser responsable y a trabajar con más brillo y energía, ya que no tiene más preocupaciones como las de antes para tratar de cubrir todas las faltas o mentiras a las que recurría antes de convertirse a Cristo y su familia empieza a recibir las bendiciones que habían sido detenidas por nuestro Señor Jesús cuando nosotros le dábamos la espalda por los afanes del mundo. Pero nunca es tarde para reconocer nuestras faltas y pedirle perdón al Señor Jesús es lo más confiable que podemos hacer, muchos de nosotros hemos rebotado tanto en el mundo que creemos que ya no tenemos la oportunidad de ser perdonados, pero veamos le que dice la Palabra en 2 de Crónicas 7:14.
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Esa es la misericordia de Dios, El no es rencoroso como el hombre, el perdona todo, el lo puede todo, lo que para el hombre es imposible, para Dios no lo es. En otras palabras ya no hay excusa de que no sabía o de que nadie le habló del evangelio, ahorita mismo usted está siendo tocado por el poder del Espíritu Santo para que abra su mente y medite sobre lo que significa para usted el levantarse todas las mañanas y mirar a su alrededor y respirar, sentir la brisa, sentir el sol, apreciar la luna, poder abrazar a sus seres queridos, salir al campo, a la ciudad; saludar a su vecino, sentirse que ya es útil y no inútil como nos decían antes, en fin, en Cristo descubrimos la verdadera libertad, recibimos el verdadero perdón por nuestros pecados, el único que rompe las cadenas del vicio y limpia nuestra alma y nuestra mente de todo mal pensamiento los cuales son reemplazados según vallamos escudriñando la Palabra que es el camino, la verdad y la vida. Dios los bendiga grandemente y recuerde que hoy es el día para empezar a recibir todas las bendiciones de parte de Dios.
Por: Ricardo Escobar
2 comentarios:
Hola, Noemí, interesante este artículo, y por supuesto, una bendición tu testimonio!! Te mando un gran abrazoooo
gracias por dejar que Dios los use..!! Han bendecido mi vida y la vida de muchas personas... Dios los siga usando siempre y les de mas sabiduria y muchas bendiciones....
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